sábado, 3 de julio de 2010

Batalla ganada a la cabeza


Tal y como prometimos, aquí viene la segunda crónica:

Swim

Se respiraban nervios. Una mancha de gorros azules se apelotonaba en torno a la orilla. Instantes antes de empezar...un abrazo con Alberto y el deseo mutuo de buena suerte. Tocaba empezar a ser egoísta y pensar en uno mísmo cuando sonó la señal de la salida. Mi única referencia para nadar era seguir al competidor más próximo.

Me sentía fenomenal, y aunque pareciera increíble, alrededor siempre topaba con los mismos neoprenos. Al final de la primera vuelta, ya empezaba a pensar en la bicicleta. Mi mente había abandonado el agua y mi corazón se sentía eufórico al ver el tiempo de natación, 1 h 06 m, saliendo entre los 400 primeros. La T1 la tomé con tranquilidad (8 minutos), mentalizándome, pensando e intentando no cometer errorres tontos de olvidar algo. Al coger la bici, con algún que otro tropiezo, daba comienzo la segunda parte.

Bike

Tras los primeros 30 kilómetros de llaneo, exceptuando la rampa de 500 metros al 12 % donde muchos casi se frenan y por poco provocan caídas, vinieron otros 15 km de basurilla. Después de esto, y viendo más ciclistas pasándome que adelantando, comenzaba el puerto de 21 km. Era el momento de ver si los duros entrenamientos que hemos hecho en cuanto a puertos habían dado sus frutos. Así fue. Siempre reservando me sentía cómodo subiendo. Ahora si adelantaba a más ciclistas de los que me pasaban. Al llegar a la cumbre me sentí con fuerzas y optimismo de cara a terminar la prueba. Fui preocupado de mantener la hidratación y la alimentación correcta. Después de este tramo, se sucedían los toboganes.

En torno al kilómetro 120, se produce el reencuentro entre Alberto y yo. Comentamos que tal íbamos y acordamos finalizar juntos el circuito de bicicleta. Por razones del reglamento, tengo que dejar pasar a varios, y al comenzar otra pequeña subida, la cadena se sale de su sitio. Salí con la mentalidad de terminar por mi mismo, así que me pareció mejor dejar que cada uno siguiera con su carrera. No me llevó ni 1 minuto arreglar el problema, y seguir.

Empieza la bajada. Empiezan los temores. Muchos ciclistas me pasaban rozando, y yo no quería arriesgar. Pero no era cuestión de uno mismo, si no de los que venían detrás. En cada trazada de cada curva miraba atrás por si venía alguno lanzado. Tras 15 kilómetros de malos pensamientos...empiezan los últimos 30 kilómetros llanos. Aflojé pensando en la maratón. Seguía eufórico, me encontraba bien físicamente y psíquicamente cuando de pronto me veo acabando los 180 kilómetros de bici en el mismo lugar donde empecé, 6h 20 m más tarde, le Promenade des Anglais.

Run

Una T2 algo más lenta que la anterior. Tuve que quitarme las medias compresoras para untarme vaselina y volver a colocarlas. Después de eso, zapatillas, gorra y geles. Tras unos primeros 5 kilómetros modestos...empiezó mi sufrimiento. Un pinchazo en el abductor no me dejaba correr. Lo intenté una y otra vez, y simplemente no podía. Me encontré frustado porque físicamente no me encontraba mal. Así, empecé a andar, y me mantuve así durante 7 kilómetros. Por un momento casi rompo a llorar. Pensaba en las horas invertidas, la decepción con uno mismo, la ilusión puesta, lo que significaría, etc. No paraba de hacer cuentas para ver si de esa manera podía terminarlo y cuántas horas me llevaría. Tras recoger mi primer coletero, y gracias al apoyo de la gente y a la mirada preocupada de mi padre, decidí terminarlo fuera como fuera.

De repente, empezé a echarme agua fresca en el abductor, y aguantando el dolor y gracias al efecto anestesiante, pude empezar a correr, aunque con las piernas muy juntas para no forzar el músculo. Empecé a sentirme felíz por poder hacerlo de nuevo. En todos los puestos, dos vasos de agua al abductor, uno para mí, y así continué.

Poco a poco me fuí recuperando, y cada vez corrí mejor y más rápido, ya no sentía dolor. En cuanto conseguí el último coletero, rompí emocionado a llorar por unos instantes, mi padre me animó. Sólo me separaban 10 kilómetros de ser finisher. Me daba ya igual todo.

Al ver la alfombra...todo lo que había imaginado...se hizo realidad. Soy finisher.

2 comentarios: