domingo, 13 de febrero de 2011
El último día de mala suerte
Todo empezaba bien, ruedas hinchadas (no como el último día) y con puntualidad en el sitio de espera. Ángel llego, al cual le debo una que puede valer por dos, y comenzó la salida del Domingo. Charlando, tranquilos, con tramos rápidos, alguna subida a ritmo, la verdad es que trascurría estupendamente. Así llegamos a Agrón en 1 hora 30 minutos exactos. De vuelta, a la derecha Sierra Nevada y aprovechando ese falso llano con una pedaleo cómodo y rápido. De repente...empieza la odisea. La chaqueta se queda enganchada en la rueda trasera, se para todo, controlo la bici y al bajarme compruebo que la pieza del cambio está deformada, la cadena fuera, no tenía arreglo. Suerte que estaba Ángel y se ofreció a llegar a Granada (a falta de 20km) y recogerme en coche. Allí estuve esperando, tumbado, disfrutando de la mañana, el silencio, con la música y hablando con los compañeros con el móvil, burlándome un poco de la situación, jaj, fue cómica.
Después de 1 hora aproximadamente (la verdad es que se me pasó rápido), llegó Ángel y me llevó a casa.
El día no podía terminar así. Salí a correr lo que ponía en el entrenamiento, 5 kilómetros, que un poco por la rabia pues en vez de a 6 mn/km pues me salió a 4´05´´ ...y ya sí, vuelta a casa, a ducharse, y....saber que hoy, con optimismo, es el último día de mala suerte.
De nuevo, gracias a Ángel.
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Ya me lo pagarás esperándome en las cuestas.
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