sábado, 19 de febrero de 2011

Salida a El legionario



Después de haber dormido poco, me he despertado con pocas ganas de hacer la ruta, pero, después de entrar el sol por la ventana y viendo el buen día que hacía, no me lo he pensado y he pegado un salto de la cama. Un café bien cargado y como empieza a ser costumbre, a las 09:30 am todos estábamos en la cafetería dispuestos a rodar, y de camino, a probar en mi caso el nuevo cambio de la bici (ha ido bastante bien). Llegamos a Ventas de Huelma, con los típicos arreones en las cuestas, y atreviéndome a ir detrás de estas bestias del Armilla, jj, me están dando duro. Una vez allí, y tras esperar a los demás, decidimos continuar a subir el Legionario. Al principio, el nombre me dio respeto e imaginé que sería un puerto de montaña como ya hacía tiempo que no subía. Decidí continuar también. Efectivamente, ha sido un gran puerto de 10km donde no pude aguantar el ritmo de cabeza pero llegué igualmente. Eché de menos agua y algo de comer, creí que la salida sería más corta, y al llegar me encontraba vacío y aun quedaba la vuelta. Debería haber llevado algunos geles. Tras comentar el sufrimiento en la cumbre, y habiendo pasado anteriormente el pantano, el cual es espectacular (veáse en la foto), daba comienzo la vuelta. Si la ida la completamos en 2 horas y 30 minutos, la vuelta no llego a la hora. A contra viento, dando relevos, a una velocidad de 50 km/ hora de media. Llegando casi al final no conseguí aguantar el ritmo, las piernas no me respondían, y cualquier repecho se hacía duro. Acoplado, a mi ritmo, rápido pero no lo suficiente creí que llegaría sólo a casa. Pero...he topado con un gran grupo, y además de mí, esperamos a otro compañero y respiramos un poco. Ya de vuelta a casa, a ritmo tranquilo, sólo pensando en la cómida (tenía mucha hambre). Llegué a casa, arrasé con el frigorífico, jj, y...una gran siesta. Ha sido una gran salida y dura, a este ritmo...me voy a poner a punto para Marbella.

1 comentario:

  1. Que envidia, yo aquí con catarro y cuidando niños. Pero no hubiera aguantado ni la ida.

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